Director:
Julián Plana

Colaboradores:
Véase Página de Firmas

Producción:
Tarsis.net
La originalidad y la intención de Ortega no están en la primera parte de la frase, la anterior a la coma, sino en la posterior a esa coma.
De hecho, yo soy yo y mi circunstancia, que es una referencia al Ideen de Husserl, publicado meses antes (Ich bin ich und meine Umwelt), puede ser una sentencia disculpatoria: yo soy yo pero, claro, está también mi circunstancia...
Sin embargo, la frase completa de nuestro pensador nos obliga a la acción y nos hace responsables del resultado.
La circunstancia cotidiana

Boicot a productos catalanes

 

Ayer envié a Pablo Sebastián, director de republica.com, la siguiente carta, a propósito de su comentario, como de tantos otros, acerca del posible boicot o rechazo a comprar productos fabricados en Cataluña, en el caso de que esta región decidiera independizarse de su entronque histórico y natural, España:

Estimado director, en primer lugar decirle que siempre comparto sus criterios, los suyos y los de Marcello. No obstante, permita darle mi punto de vista sobre el posible que no probable boicot que se supone harían los habitantes del resto de España a una Cataluña independiente (segregación que me parece imposible). La inmensa mayoría de la gente, individuos y no digamos empresas, al final hace lo que les conviene. Si la Caixa les da mejores servicios e intereses, de boquilla dirían que son unos perros catalanes, pero buscarían sus créditos y regalos. Lo mismo, y más, las empresas, que no pueden dejar así como así sus pólizas, las que tengan o las que les ofrezcan. Una empresa no puede perjudicar su economía con ideologías políticas, salvo que consiga mejores componendas con otras entidades bancarias, lo cual, conociendo lo granujillas que todas ellas son, es difícil. Y por otro lado, las empresas catalanas, antes de sentirse perjudicadas en sus ventas al resto de España, se concertarían con empresas de tan amplio mercado o se instalarían con otros nombres, etc.

Respecto al IVA cobrado por las ventas, Cataluña no se beneficia más que con el porcentaje que fiscalmente le corresponda, me parece que la mitad. Porque el IVA cobrado hay que entregarlo a Hacienda (que somos todos) una vez deducido el IVA soportado. Y en esta balanza fiscal habría que considerar también el IVA cobrado por las «exportaciones» que el resto de España efectúa a Cataluña.

No enfocaría yo mi batalla a este arturmasianismo con tales amenazas. Hay que dar, a mi juicio, golpes legales y fuertes: examinar a fondo la siempre confusa balanza fiscal que seguro no es como dicen Mas y Cullell, etc., apretar más la justicia contra la corrupción de Ciu, y recuperar la educación. De momento.

 

Francisco Daunis

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